Isaiah era de Samuel y Samuel era de Isaiah. Hab?a sido as? desde el principio, y as? habr?a de ser hasta el final. En el establo cuidan de los animales, pero tambi?n el uno del otro, transformando la construcci?n hueca en un espacio de cobijo humano, una fuente de intimidad y esperanza en un mundo gobernado por crueles patrones. Sin embargo, cuando un hombre mayor, tambi?n ?l esclavo, pretende ganar favores predicando en la plantaci?n el evangelio del amo, los cautivos empiezan a volverse contra los suyos. El amor de Isaiah y Samuel, tan sencillo en otros tiempos, se ve ahora como algo pecaminoso y un claro peligro para la armon?a de la plantaci?n. Con un lirismo que nos recuerda al de Toni Morrison, Robert Jones Jr. evoca con pasi?n las voces de amos y esclavos por igual, desde las de Isaiah y Samuel hasta las del calculador patr?n o la larga estirpe de mujeres que los rodean, mujeres que han llevado siempre a sus espaldas el alma de la plantaci?n. Conforme la tensi?n aumenta y el peso de los siglos -de los antepasados y de las generaciones que est?n por venir- acaba en un juicio culminante, Los profetas va revel?ndonos con maestr?a el dolor y el sufrimiento que supone el legado, aunque tambi?n hay hueco para la esperanza, la belleza y la verdad en el retrato que hace del poderoso y heroico poder del amor.
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